¿Alguna vez te has detenido a pensar cuál es la importancia de los velos faciales? 

Lo primero que debemos saber es, ¿Qué es un velo facial?

El velo es una lámina enriquecida con algunos oligoelementos que se deja actuar unos minutos sobre la piel a fin de que ésta absorba todas sus propiedades.

 

El velo se aplica tras la preparación de la piel mediante una limpieza o exfoliación.

 

¿Cuál es su principal función?

Como toda mascarilla, su principal objetivo será el de potenciar los tratamientos cosméticos habituales de la piel, aportando un extra de vitalidad, recuperando la piel apagada o seca, purificar y limpiar la piel en profundidad o proporcionar un extra de hidratación y/o nutrición.

Pero la clara ventaja de las mascarillas velo está en que sus formulaciones contienen altísimas concentraciones de principios activos, lo que las hace actuar en tiempo récord, de una forma casi instantánea.

 

¿Cuál elegir?

Hasta la fecha sabemos que otro de los puntos positivos de las mascarillas de velo es que son excelentes para una variedad de tipos de piel.

Por diseño, la mayoría de las mascarillas están destinadas a ser hidratantes o calmantes, por lo que existe un riesgo muy bajo en resultados adversos, así que no te preocupes por ello.

Si busca hidratación, a menudo se incluye en ellas el ácido hialurónico, como un ingrediente científicamente probado que atrae agua a la piel. Para iluminar, la vitamina C será el ingrediente principal que deberá contener.

 

Las mascarillas se han instaurado como eficaces potenciadores de diferentes beneficios en la rutina cosmética. Las recomiendan hasta quienes más saben sobre la piel.

La Academia Española de Dermatología y Venereología, por ejemplo, las lista como forma eficaz de hidratar en profundidad y para combatir la aparición de manchas.

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